domingo, 30 de enero de 2011

Capítulo 03

Las imágenes se repitieron en mi cabeza como un flasback. Una ventana en el baño, el callejón oscuro, un chico perfecto con una de mis amigas, sus dientes cerca del cuello de Sandra, y sobre todo... sus penetrantes ojos de un intenso rojo carmesí.
Sobresaltada, me erguí en la cama respirando con dificultad. Una pesadilla. Me llevé la mano a la frente. Pequeñas gotas de sudor frío recorrían mi rostro. Aún jadeando, me levanté con dificultad de la cama y caminé hasta el baño. Miré mi rostro pálido reflejado en el espejo, que estaba brillante debido al sudor. Cogí una toalla y me limpié la cara. Cuando fijé por segunda vez mis ojos en el espejo, me llevé una mano al pecho y sentí como el aire abandonaba mis pulmones. Un par de ojos rojos me observaban a mi espalda. Permanecí quieta, esperando que la aparición se fuera tal y como había llegado. Pero no fue así, no era producto de mi imaginación. Era tan real como yo, o quizás más. Me giré con deliverada lentitud, esperando que él desapareciera, pero permaneció allí, con los brazos cruzados sobre el pecho, y mirándome con una mueca divertida en su perfecto y níveo rostro.
-¡Buh! -exclamó sonriendo al ver mi reacción. Sin poder evitarlo, solté un pequeño grito, pero el extraño ser que segundos antes estaba frente a mí, desapareció y apareció rápidamente a mi espalda tapándome la boca con su fría mano.
Forcejeé en un vano intento de escapar de su presa, pero ni siquiera aflojó su brazo. Dejé de moverme para que así me dejase libre, pero él ni se movió.
-Esta noche has cometido un gran error señorita, no tendrías que haberte asomado a esa ventana -su frío aliento rozó mi oreja y bajó por mi cuello, produciéndome un escalofrío que hizo estremecerse todo mi cuerpo-. Ahora no tengo más remedio que matarte -su tono despreocupado hacía que me inquietase aún más.
Las lágrimas no tardaron en bajar por mis mejillas. Siempre pensé que mi vida sería corta, pero no tanto. Eso era demasiado, me quedaban muchas cosas por vivir. Cerré los ojos intentando hacer aquel infierno más llevadero. No sentí nada, ni siquiera dolor. Pensé que me dolerían sus dientes perforando mi cuello, pero no fue así, no sentía nada de nada. Entonces comprobé que él no se había movido, sus labios estaban a milímetros de mi yugular. Permanecimos inmóviles, lo único que se escuchaba en la pequeña habitación era mi agitada repiración.
-Hayley... -susurró a mi oído. Dejó caer la mano y retrocedió dos pasos hasta que su espalda chocó contra la pared. Sus ojos se clavaron en los míos y pude ver su mirada perdida. Parecía estar a kilómetros de allí, casi rozando la luna.
-¿C-cómo sabes mi nombre? -tartamudeé sin poder evitarlo y lo miré desconcertada. Sabía que tenía que salir de allí, que debía huir, pero también sabía que era inútil intentarlo.
-No lo sé... -me miró con curiosidad- Hay algo en tí... Creo que te he visto antes, pero no sé cuándo ni cómo.
Permanecimos quietos, yo casi no respiraba y él no apartaba los ojos de mí, seguramente pensaba que yo huiría, y tendría que haberlo hecho.
-No, yo nunca antes te he visto -"me acordaría" pensé.
Su desconfiada mirada se desvió hacia la puerta. Una milésima de segundo más tarde, su mano se aferraba a mi brazo como una trampa. Casi me llevó arrastrando por el pasillo. Me metió en mi habitación y señaló el armario.
-Coge lo que necesites y haz la maleta. Te vienes conmigo -lo observé comprobando si se trataba de una broma. Su hermoso rostro y su encantador cabello alborotado le daba un aspecto de lo más inofensivo, sin embargo, al ver sus ojos se podía comprobar el peligro que corría todo ser que estuviera cerca de él.
Si él hubiera sido un chico humano, habría huído con él sin pensármelo dos veces.
-No -crucé los brazos y me senté en la cama.
-Tú lo has querido -una sonrisa pícara iluminó su rostro. Sin darme tiempo a reaccionar, me levantó de la cama con un brazo y con su otra mano me tapó la boca.
Intenté moverme, pero no pude. Era extraño que un solo brazo pudiese resistirse a la fuerza que yo ejercía con todo mi cuerpo.
Bajó las escaleras a una velocidad sobrenatural y sin hacer el más mínimo ruido. Fuera hacía un frío que helaba los huesos, y el hecho de llevar solo el pijama, empeoraba mi situación.
Cerré los ojos y sentí el aire como cuchillas sobre mi piel. El extraño ser que me había secuestrado paró un momento y me cargó en su hombro como si fuese un saco. Almenos, mi boca quedó libre, pero pensé que era una verdadera estupidez intentar gritar pues ya estábamos lejos de mi hogar, perdidos entre las oscuras calles de Sevilla.
-Bueno, ya que voy a pasar un tiempo contigo, podrías decirme tu nombre -una sonora y sarcástica carcajada llenó mis oídos como si fuera una hermosa melodía.
-Me llamo Alec -hasta ese momento no me fijé en lo delicada y dulce que era su voz. Supuse que había estado demasiado asustada y aturdida como para fijarme en ese detalle.
-Alec... -repetí su nombre intentando grabarlo en mi cabeza.
Miré de un lado a otro, intentando encontrar a algún transeúnte extraviado que pudiera ayudarme a escapar, pero no. Nadie en su sano juicio pasearía por una de las peores calles de Sevilla a las cinco de la madrugada.
-¿Podrías soltarme? -Alec paró al oírme y giró la cabeza para mirarme con una ceja alzada- No pienso huir ni hacer ninguna estupidez -le prometí, pues nada me aferraba a mi hogar. Mi padre se comportaba como un zombie desde la desaparición de mi madre, y casi no recordaba mi nombre.
El joven se quedó inmóvil unos segundos, reflexionando sobre mi petición. Sus brazos deshicieron su fuerte abrazo alrededor de mis piernas, dejándome libre. Bajé de su hombro y sentí un punzante dolor en el vientre debido al rato que había pasado en esa incómoda postura. Le dirigí una mirada a mi acompañante. Él me miraba impaciente, seguramente esperaba el momento en el que yo saliese corriendo despavorida, pero no fue así. Le observé bajo tenue luz de una farola. Su rostro blanco y aniñado presentaba unos rasgos simétricos y perfectos. No pude pasar desapercibido su alborotado cabello dorado y cobrizo, que sin duda era lo que le daba un aspecto más humano.
-Mañana te cortarás el cabello, un pelo como el tuyo no pasa desapercibido -las palabras que salieron de su boca rompieron todo el encanto que se había formado. De forma inconsciente me llevé las manos a mi larga melena. Antes de dar una respuesta o ponerme como una histérica pensé en lo que me había dicho.
La verdad es que ya estaba algo cansada de tener que pasar tanto tiempo cuidando mi larga cabellera, así que asentí, al día siguiente tendría lugar mi cambio de look.
-Está bien -mi voz sonó más amable de lo que pretendí en aquel momento. Con lo independiente que yo era me costaba imaginarme que un chico completamente desconocido me secuestrara y me obligara a cortarme el cabello. Pero lo que más me asustaba es que yo no era capaz de intentar huir, de luchar en vano contra él, de negarme a cortarme el pelo.
Estaba demasiado cansada como para asustarme y revelarme a aquella criatura de la noche.
-¿Tú no eres así normalmente verdad? -Alec me miró con expresión divertida. Suspiré y negué varias veces con un movimiento de la cabeza.
-Suelo ser más cabezota -respondí.
-Esque parecías estar luchando contra algo en tu cabeza. Parecías desesperada -el extraño chico rompió a reír. ¿Le parecía divertido que yo lo estuviera pasando tan mal?
"Pues se va a enterar de lo que es divertido." Pensé y le miré con deseo mientras me mordía el labio inferior. Alec parecía confundido ante mi mirada, lo cual me facilitó las cosas. Me pegué a él rodeando su cintura con mis brazos. Miré sus oscuros ojos y vi claramente como el deseo nublaba su mirada. La misma mirada que presencié desde el baño horas antes... Acerqué mis labios a los suyos lentamente, sin cerrar los ojos. Alec sonrió pensando que había ganado, pero no era así.
Con todas mis fuerzas le propiné un rodillazo en la entrepierna justo cuando nuestros labios casi se rozaban.
-Cosquillas -murmuró Alec que ni siquiera se había inmutado-. Sólo eres humana, eso ha sido como una caricia -puso cara de pervertido y solté un gruñido de impotencia mientras me apartaba de él.
-Maldito seas. No vuelvas a reirte de mí, ¿entiendes? -grité encarándole, pero Alec seguía sin moverse. Esa estúpida y encantadora sonrisa no desaparecía de su angelical rostro.
-Eso es algo que no puedo prometer -su tono arrogante comenzaba a hacer mellas en mí. Mi orgullo estaba siendo claramente dañado por un estúpido y arrogante niñato.
Antes de que pudiera decir nada, sus labios sellaron los míos silenciándome. Un cosquilleo recorrió mis labios y bajó por la columna vertebral. Abrí los ojos bruscamente por la sorpresa y me aparté rápidamente.
-¿Eres idiota o qué demonios te pasa? -le grité propinándole una bofetada en la mejilla, la cual él no pareció notar. Volvió a reirse y eso me sacó de mis casillas.
-Lo hacía para que te callaras. No me gustas, tu amiguita es mucho mejor que tú -sus últimas palabras se clavaron en mi corazón como cuchillos. Muchos chicos me habían rechazado al conocer a Sandra, y ese era uno de los motivos por los que la odiaba.
-¡Pues vete con ella! ¡Secuéstrala y déjame a mí en paz! -sentí como mis mejillas se humedecían. Las estúpidas lágrimas me delataban. No quería llorar, siempre había odiado hacerlo. Me sentía vulnerable e impotente cuando lo hacía.
-Ella no sabe lo que soy, tú sí -dijo con una voz totalmente calmada, que no hacía más que sacarme de quicio. Si quería guerra la iba a tener, no pensaba quedarme de brazos cruzados.
-Sí, un estúpido vampiro engreído que va secuestrando a chicas inocentes en mitad de la noche -mi voz sonó con cierto sarcasmo, y por primera vez en toda la noche, vi a Alec serio, desprovisto de aquella sonrisa que le caracterizaba.
-No secuestro chicas inocentes, solo te secuestro a tí, que te quede claro -sus palabras salieron con amargura.
-¿Tendría que sentirme halagada? -mi tono irónico se desvaneció dándo lugar a la indignación.
-En cierto modo sí, nunca he pasado tanto tiempo con una chica sin matarla -asintió volviendo a recuperar su sonrisa, pero sus ojos permanecieron serios, dándome a entender que no mentía.
Agaché la cabeza y miré al suelo mientras volvíamos a caminar hacia un paradero desconocido. Ya no tenía ganas de seguir discutiendo.

10 comentarios:

  1. ¡Hola! He visto algunos fallitos insignificantes:
    -"-Hayley... -susurró a mi oído." Yo pondría: "susurró en mi oído." (Creo que queda mejor, pero para gustos, los colores. :)) Eso en realidad no es un fallo, pero bueno. x)
    -"Cerré los ojos y sentía el aire como cuchillas sobre mi piel." Creo que estaría mejor así: Cerré los ojos y sentí... ¿No? :S
    -"Él extraño ser que me había secuestrado paró un momento..." Ese "el" no lleva acento. x)
    -"...y me cargó en su hombro como si de un saco me tratase." Esa frase suena raro. Creo que estaría mejor si la pusieses así: y me cargó en su hombro como si fuese un saco de patatas. (Por ejemplo).
    Mira esto:
    -"-Mañana te cortarás el cabello, un pelo como el tuyo no pasa desapercibido -las palabras que salieron de su boca rompieron todo el encanto que se había formado. De forma inconsciente me llevé las manos a mi largo cabello." Como has repetido un par de veces "cabello" yo en la última frase pondría: ... a mi larga melena. :)
    -"...y ese era uno de los motivos por los que la odiaba." Creo que debería de ser así: y ese era uno de los motivos por los cuales la odiaba.
    -"-¡Pues vete con ella! ¡Secuéstrala a ella y déjame a mí en paz!" Has repetido 2 veces la palabra "ella". Yo en la segunda frase lo suprimiría y ya está. :)
    -"...no pensaba quedarme cruzada de brazos." Yo pondría "de brazos cruzados". Pero como tú lo has puesto también está bien. :)
    -"En cierto modo sí, nunca he pasado tanto tiempo con una chica sin matarla" A esta frase no le pasa nada, simplemente es BRU-TAL. Me he reído un montón. x)
    A ver, los "errores" que he visto no son graves, es más, hay muchos que ni siquiera son fallos, sencillamente es cuestión de gustos y por lo tanto, no tienes porqué cambiarlos. Ya sabes que las cositas que veo "mal" las digo siempre desde mi punto de vista y desde mis propios gustos. Por eso no tienes que preocuparte, porque habrá gente a la que le guste tal y como está la historia, pero yo cambiaría lo que te he dicho.
    P.D: Te recuerdo que la novela es tuya x) y que NO tienes porqué hacerme caso en las correcciones que te haga. :)

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  2. Oh, gracias, esque a veces se me pasan algunos fallos porque me centro demasiado en lo escribir y no me fijo mucho en lo que digo xD
    Jajajaja, me alegra que te haya gustado la frase, supongo que a Alec le ha salido del alma xD
    Sí, la novela es mía, y por eso mismo te doy las gracias por mencionarme los errores, que ahora mismo voy a corregir para que esté perfectamente redactada :)
    Eres una gran ayuda, de veras, no sé como agradececértelo :)
    Besos! Que te vaya bien!

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  3. me encantó el capítulo!! a ver qué pasa con alec en el próximo... :)

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  4. :) Gracias por vuestros comentarios :)
    El próximo capítulo está a la vuelta de la esquina... (;

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  5. Jaja k chinche es Alec... ya he visto su foto en Tuenti, muy mono ^^
    Espero impaciente el próximo capi!!!

    Por cierto, no me había dado cuenta de k no te seguía todavía jeje soy tu seguidora nº 13 XP

    Besitos y suerte en la vida!!

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